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Ricardo Carrás, alfarero oscense o el cántaro de Huesca. Una breve guía gráfica de la mano de Ricardo Compairé, fotógrafo. Por Enrique Alagón.
Taller de cerámica de Enrique Alagón 
Creación
La alfarería en Huesca permaneció activa hasta 1970, año en el que Ricardo Carrás, último alfarero oscense, coció su obra por última vez en su alfar de la calle Cleriguech.
Esta es una fotografía aérea de por aquél entonces en la que se aprecia la obra en la era secando al sol.
Ni las técnicas de elaboración, ni la tipología de las piezas realizadas debían diferir mucho de las propias del siglo XIV, de cuando datan las primeras referencias del oficio alfarero en la ciudad de Huesca, dado que el origen formal del cántaro se ha situado a menudo en el medievo.
Esta larga presencia del oficio alfarero a lo largo de cientos de años suma un especialísimo interés a las fotografías que Ricardo Compairé tomó de 1928 a 1930, de gran calidad, y que componen un excepcional documento para el conocimiento de una realidad presente en el quehacer cotidiano durante tanto tiempo y hoy ya desaparecida.
De la mano de estas fotografías, el ojo de Compairé, y del trabajo de Antonio y Ricardo Carrás os invito a un paseo por la memoria de la alfarería oscense, un paseo por la cantarería de agua de la ciudad de Huesca.
Empezamos por la foto del obrador, eso que también llamamos alfar.
Era y obrador de los Carrás.
“Gribando” la arcilla tras su acarreo y molienda. Antonio Carrás (padre) y Ricardo (hijo).
 Mojando la arcilla en la pila.
La elaboración de la arcilla comenzaba con su extracción en zonas próximas a la ciudad como Estrecho               Quinto o el cerro de las mártires, y su acarreo. Ya en la era del alfar, se molía, se cribaba y se mojaba en la pila. La arcilla líquida resultante se cribaba nuevamente pasándola por un tamiz de paja  al hacerla fluir hacia la pileta de secado.
De allí se cortaba ya más sólida, para un primer secado al aire y a veces por absorción, usando ladrillos secos, para después proceder a un primer amasado a pie y, tras cortar la arcilla en porciones que permitan su manejo, terminar de amasarla a mano.
El joven Ricardo amasando a pie.
Amasado a mano y después... al torno.
Una vez amasado el pastón, la cantidad precisa para la pieza que se va a realizar, comienza el trabajo en el torno.  
 Ricardo Compairé escogió a Antonio Carrás para recoger las fases más señaladas del proceso de estirar la tripa de un cántaro (5 fotos).
CHSSS S S S s s s s s s s ssssss...     ¡ El maestro está trabajando ! Se podía fumar en el trabajo (pero no fuma).
       ¡Valientes! esas tripas de los cántaros de Huesca, (de Antonio Carrás).
En 1930 son varios los alfareros que trabajan en Huesca
Ramón Merigó torneando tripas para botijos
Santiago Fraile
Francisco Alós encollando cántaros.
Encollar es tornear sobre la tripa del cántaro un cilindro de barro para hacer el cuello. No puedo dejar de mencionar con especial interés la ubicación del alfar de Francisco Alós, en el que trabajó hasta la Guerra Civil, en la calle Valentín Gardeta, nº 3 . Y esto es porque por casualidad fue en ese mismo lugar donde situé mi primer taller de cerámica en1983. Veo esa foto, ese espacio y esa luz y no puedo evitar el pensar que en ese mismo espacio, 50 años después y por casualidad, yo trabajé con mi primer torno, que tenía y tiene un aire muy parecido a éste de la foto en el que entonces trabajaba.
continúa...
volver siguiente Taller abierto R. Compairé retrata el proceso de la tripa de cántaro R. Compairé retrata a Antonio Carrás. Antonio Carrás
 La serie compone una esquemática y rotunda lección de torno.
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